El reto de la corrosión en entornos industriales
El sector del petróleo y el gas, como la mayoría de las industrias que dependen de importantes infraestructuras, libra una batalla interminable contra el tiempo. Tanques, tuberías y otros activos metálicos están bajo la amenaza constante del deterioro debido a la corrosión. La exposición al oxígeno y a otros elementos provoca reacciones químicas que corroen gradualmente el metal, lo que da lugar a equipos que ya no funcionan tan bien como se pretendía. Con el tiempo suficiente, estos activos fallarán por completo y dejarán de ser capaces de almacenar o transportar materiales.
Por eso, las empresas de los sectores de la energía, el transporte y el transporte marítimo, en particular, buscan siempre formas de prevenir la corrosión para proteger sus equipos y obtener la máxima productividad. Sigue leyendo para saber más sobre algunos de los métodos más populares para prevenir la corrosión y el papel que pueden desempeñar los sistemas de dosificación química.
Métodos clave de prevención de la corrosión
Hay varias formas de prevenir la corrosión en las infraestructuras metálicas, cada una de las cuales tiene su propio conjunto de pros y contras:
Recubrimientos de barrera - Aplicar pintura, recubrimiento en polvo o película de plástico a las superficies metálicas limita su exposición a la humedad y otros factores ambientales que pueden provocar corrosión. De todos los métodos anticorrosión, éste puede ser el más sencillo de conseguir, ya que los revestimientos se aplican directamente sobre los bienes. Sin embargo, no son invulnerables y se descascarillan o desconchan con el tiempo. Se requiere un mantenimiento regular, que puede ser desalentador para las instalaciones a gran escala.
Galvanización en caliente: el acero puede sumergirse en zinc fundido para crear una aleación resistente a la corrosión. Esto se debe a que el hierro reacciona con el zinc para crear un revestimiento especializado que protege el metal subyacente del entorno exterior. Aunque este método es muy eficaz y se ha utilizado durante siglos, no puede realizarse in situ. Esto significa que no es práctico para los equipos que deben permanecer en servicio.
Acero inoxidable - Otro tipo de aleación que ayuda a resistir la corrosión es el acero inoxidable, que se crea combinando acero con otros metales como níquel y cromo. Esto ayuda a fortalecer el metal y darle mayor resistencia, pero el proceso es tan caro que alear grandes cantidades del acero necesario para las infraestructuras no es rentable.
Protección catódica - Este método consiste en insertar ánodos de sacrificio en la tubería, que actúan cediendo sus propios electrones al metal para evitar la corrosión. En esencia, estos ánodos se corroen en lugar del activo real, evitando que se corroa. Aunque este método es eficaz, implica la sustitución periódica de los ánodos para garantizar la continuidad del proceso. Estos ánodos también aumentan el peso total de los activos, lo que puede ser un problema en muchas aplicaciones.
Uso de Patines de Inyección Química para la Prevención de la Corrosión
Uno de los métodos más eficaces y populares para proteger las infraestructuras de la corrosión es el uso de inhibidores químicos. Éstos se inyectan en la tubería mediante el uso de patines de inyección química, que se instalan en puntos estratégicos del sistema para inyectarlos en la línea con un control preciso.
Algunos inhibidores químicos son polímeros, que se inyectan en la tubería para recubrir su interior y crear una capa protectora. Otros son ácidos que actúan provocando una reacción con el metal que lo hace más duradero y resistente a los elementos corrosivos. Algunos productos químicos se introducen en la línea de proceso porque sirven para ralentizar el proceso de corrosión, como la piridina.
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